lunes, 13 de abril de 2009

... LIKE A DOLL WITH A BOOK...

¡Silencio Brutal!

Inquietud esta detrás de la pared, hablando en voz alta; mientras me concentro en el susurro maléfico de la vergüenza.

A veces me siento seguida por la necesidad de que alguien lo haga. O es simplemente que no logro concretar mis pasos sin voltear a atrás para repasarlos; así sucesivamente hasta dejar un hoyo en la tierra.

Comienzo a caminar sin rumbo esperando una respuesta que me acerque a la soledad que mas he deseado.

Pero podría maldecir cada pensamiento que a mí llega al intentar analizar la panorámica que mi universo me ha creado.

Quisiera sentir el dolor como lo he causado, como en el principio sin atribuirle una causa y dejarme llevar como lo hacía, ¿Cómo lo hacía?... ¿Cómo lo hacía?... ¿Cómo lo hacía?...
Temo insistir porque podría decepcionarme aun más de lo que pude hacerlo alguna vez, temo destrozar mis ilusiones.

A pesar de que las arrastro con un delgado hilo que aun no termina de romperse.
Si. Necesito otra vida mas para terminar de quejarme, necesito volar para elegir mejor a mis presas, me he cansado de al final, cazarme a mi misma.

He pasado demasiado tiempo sola, sentada, viendo hacia aquella puerta y al final siempre decidí cerrarla y dejarme afuera, para no verme disfrutando, para evadirme y no escucharme, para ver hacia el espejo y fingir, jugar a las máscaras y al maquillaje, jugar al “eterno retorno” como una muñeca con un libro; jugar a la soledad en voz alta y gritando vocales.

Debajo del polvo, después de soplarle y crear una nube de recuerdos, descubrí que no hay nada, es solo que no hay lugar por donde pueda entrar el viento y arrastrarlo.

Me he resistido infinidad de ocasiones a simplemente gritar en la cara de alguien y escupirle, aunque no tenga motivo, me he resistido aun mas para dejar de fingir que miro hacia un punto fijamente, mis ojos siempre bailan.

Al aclarar mis pretensiones siempre descubro que solo estoy yo, y el amargo recuerdo de una sombra, que me ha seguido desde antes que inhóspitamente llegara a existir, porque al igual que mis ilusiones me arrastro hasta el final.

Quisiera dejar de llorar, porque se que ya lo he hecho por ese motivo, porque se que se acabó hace un par de lagrimas atrás.

Al sentir humedad en mi cuerpo y ser victima del recuerdo de la primera ocasión de esas sensaciones, perturba mi mente hasta dejarla en blanco, arrolladoras emociones que se encuentran a la velocidad de la luz y así mismo ensordecen el ambiente. ¡Una puta mierda! Ni hablar de ese zumbido cuando escucho lo que me molesta y mis dientes rechinan y mi cabeza gira y solo pretendo que entiendo mientras me rio de las muecas ajenas.

Me gustaría contar una historia por cada día de mi vida, pero jamás he escrito un final, me paraliza; no inspiración, distracción, indecisión, inseguridad.

Aun siento cada punta de mis nervios, incesantes, no paran de recordarme que solo hay algo que aun no he descubierto y no me deja descansar, y no me dejan abrir la puerta, y me avientan imágenes como bofetadas, y sujetan mis extremidades… hasta que trague sangre… hasta que encienda un cigarrillo y resista al recuerdo… hasta que tome una hoja y perfore letra por letra… ¿Hasta cuando?