domingo, 22 de febrero de 2009

DEEP GRAY SEA

Este es un mar… un mar gris hecho del polvo y lágrimas, de cenizas y sangre.
Es denso y artificial, lleno de cadáveres que casi flotan en la superficie y que mantienen fresco el olor de putrefacción.
¡No lo intentes! Ni en la orilla.
¡No lo mires! Se sonroja.
No es maleable, se encuentra inmerso dentro de si.
Se encuentra en un frasco amorfo y tiene sentimientos – no pensamientos-.
No comparte y no analiza, solo expresa.
¡No lo dañes! Te maldice.
¡No lo mires! Te conmueve.
Este es un mar… cuya existencia se basa en el principio general de la vida – no lo se-.
No te ama, solo observa.
Procura distanciarse en ese momento en el que tu lágrima se acerca a él, y debe cambiar una vez más su humor para adaptarse al ambiente.
Su amor se fue, murió y no logra recordarlo.
Ha pedido morir, pero estará ahí hasta el fin de todo, viendo cada parte de la destrucción, des-moleculizándose e invadiéndonos tristemente, sonriéndose hacia el pasado y convirtiendo la vida en su sueño perfecto –en solo si-.
Este mar… es un mar gris hecho de todo lo que deseamos hacia ti, hacia mí, hacia ellos y no se avergüenza de si mismo, sino de lo que lo has hecho sentir, del odio que lo consume por ti, por mí, por ellos.
¡No lo toques! Te tragará.
¡No le temas! Tú lo creas.
En la noche cuando caza, huele tus miedos, lo alejan tus anhelos.
¡No le mientas! Él lo cree.
¡No te engañes! Llegará el momento.
Sus lamentos retumban como una tortura, como un bebé que perdió a su madre, por que tuvo que comerla para sobrevivir y no se perdona, se siente solo y abandonado, se siente único y desafortunado.
No comprende lo que hace y se esta obligando a acompañar a la Muerte y probarla a cada instante, enamorándose aun más de ella cada que lo deja, –sabiendo que siempre regresará y la besará-
Este es un mar… es un mar inexistente, sublime y subyacente a ti, a mí y a ellos.
¡No lo ames! Él se irá.
¡No lo olvides! Él te teme.